
Empieza por lo básico:
Si quieres impartir clases online, ya sea de música, teatro o cualquier otra disciplina, es imprescindible que cuentes con un buen nivel tecnológico para que puedas estar solamente pendiente de lo importante: tus alumnos. Básicamente, necesitas estas tres cosas:
- Una buena cámara (móvil, tablet o de tipo webcam).
- Unos buenos auriculares, tanto para escuchar como para que te escuchen bien. Idealmente que sean inalámbricos, para poder tocar y moverte cómodamente.
- Una buena conexión a internet. Quizá te suene antiguo, pero lo mejor siempre es conectarse al router por medio de cable Ethernet. Si no te es posible intenta estar lo más cerca del wifi posible.
Los mejores programas de videoconferencia
Las clases online tienen un gran valor para el alumno, especialmente ahora que no es posible el contacto físico, pero son siempre un complemento perfecto para las presenciales. Para mantener la eficacia debes ser más descriptivo de lo habitual, y especialmente con lo que debe sentir el alumno, algo que de manera presencial harías con un simple gesto. Además, deberás ayudar al alumno a grabarse con un buen plano general, para tener una buena recepción de audio y que puedas ver su cuerpo completo. Dicho esto, las mejores apps que puedes usar para comunicarte con ellos son:
Además, siempre puedes dar un plus a tus clases mandando anotaciones sobre la partitura. Para ello puedes usar KAMI, un software online que permite compartir una pizarra digital, en la que puedes subir cualquier documento. De esta forma puedes subir una partitura en PDF y escribir anotaciones de lo que se ha trabajado durante la sesión. Incluso puedes dejar notas de audio o vídeo, eso sí, previo pago de la versión pro.
¿Tienes clases grupales? Optimiza tu tiempo y graba tus sesiones:
Si en tus clases debes explicar bases teóricas que se repiten, especialmente para grupos, mi consejo es que grabes cada lección y así no tengas que volver explicarla tantas veces. Al principio supone un esfuerzo, sobre todo si no tienes costumbre de grabarte o editar vídeos, pero a la larga el ahorro es inmenso.
Además, tienes la ventaja de que el alumno puede volver a ver la clase las veces que quiera. Para esta opción siempre puedes usar Google Classroom o crear tu propia web y usarla como plataforma.