La atención es la capacidad básica que nos permite operar en cualquier actividad de la vida. Mucho se habla hoy en día sobre el déficit de atención, pero, ¿a qué estamos llamando atender? ¿Es simplemente ser capaz de estar concentrado y entender cosas? Quizá tengamos ese concepto por la influencia de la educación reglada, pero para mí es un concepto más amplio: incluir el uso consciente de los sentidos del cuerpo, y de esa forma abrirnos a percibir de una forma más amplia la realidad.
Históricamente se ha dado mucho valor a la concentración, esa capacidad de focalizar en la mente todos nuestros recursos de atención. Quizá porque se ha alabado grandemente la parte intelectual del ser humano, por los contundentes efectos que produce: diseñar una buena estrategia para triunfar, continuar el progreso tecnológico, encontrar maneras más eficientes de producir bienes… Es lo que llamo atención focalizada.
En contraposición, podemos aplicar de manera no focalizada nuestra atención. Se parece mucho a cuando nos quedamos pensando en las musarañas y vemos todo desenfocado, pero esto también podemos hacerlo con la escucha, el sentir o incluso con el pensamiento. Aunque es importante hacerlo de forma activa, siendo consciente de lo que se percibe. Así es como ampliamos nuestra visión de la realidad, y gracias a esta capacidad podemos acceder a procesos de entendimiento no lineales como insights o intuiciones y que suelen venir acompañados de una clara sensación de certeza.
Este tipo de atención es la que se ha practicado durante milenios en diferentes culturas, y que recientemente (desde hace algunas décadas) llega a nuestra sociedad con el nombre de Mindfulness. Mi experiencia es que en la vida diaria resulta muy útil manejarse entre estos dos tipos de atenciones. Saber cambiar rápidamente de una a otra según se requiera ayuda a mejorar el rendimiento energético general. Por ejemplo: después de un duro día de trabajo en una oficina, que requiere de bastante concentración, poder llegar a casa y relajarse rápidamente y desconectar del trabajo. O incluso estar trabajando en la oficina pero con el nivel justo de tensión que permite estar alerta pero no estresado.
Hasta el siguiente post!