¿Aprovechas tus ventajas como Músico Altamente Sensible?

Ya me has oído hablar sobre la alta  sensibilidad, aunque lo que nunca te he contado es que se estima que el 90% de los artistas son altamente sensibles. ¿Tiene sentido no? Para dedicarte a una actividad tan creativa y que involucra a tantas emociones es necesario poseer una gran sensibilidad. Bueno, no solo poseerla sino también saber sacarle partido, pero eso es otro tema. Por eso hoy te dejo una lista con las ventajas más importantes de ser un músico altamente sensible. ¿Te sientes identificado? Déjamelo en comentarios, ¡espero que lo disfrutes!

Tienes una creatividad desbordante

Si eres PAS tu hemisferio derecho será el predominante en tu forma de pensar. Este hemisferio es el que pone en marcha tus recursos no lineales, tal y como nos cuentan los expertos:

El hemisferio derecho se encarga de gestionar tareas como la percepción y orientación espacial, la conducta emocional, la comunicación no verbal, intuición, reconocimiento y recuerdo de caras, voces y melodías. El cerebro derecho piensa y recuerda en imágenes. (Dª. Trinidad Aparicio Pérez. Psicóloga clínica)

Esto quiere decir que para ti todas estas tareas son muy fáciles, y estoy seguro de que muchas situaciones las vives desde este prisma: las emociones son intensas y están muy presentes, tienes una empatía fuera de lo común y una estupenda memoria fotográfica. Ahora ya tiene más sentido eso de ver las tonalidades en un color concreto, o ver formas abstractas que se mueven mientras escuchas o haces música. ¡Estás usando tus mejores capacidades!

La inspiración te viene sola

Con tantos flashes creativos o insights tienes la inspiración a flor de piel. El hecho de tener una creatividad desbordante hace que sea más fácil y atractivo montar obras nuevas y buscar la máxima expresividad. Puede que hayas visto a compañeros que necesiten prepararse mucho psicológicamente para empezar a interpretar, pero para ti es tan fácil como pestañear. Pasas del modo persona al modo intérprete en un milisegundo.

Y además te resulta muy fácil encontrar nuevas formas de frasear. Da igual que conozcas la obra desde hace años o si la estás montando en estos momentos. Tienes una especie de intuición natural que te lleva sola por el camino de la imaginación. Lo mejor de todo es que siempre has pensado que eso «viene de serie» contigo. Y no te falta razón 😉

 

Percibes detalles que valen oro

La característica más destacada de los PAS es que perciben más detalles del entorno. De entre los cientos de estímulos sensoriales que recibe cada instante,  el cerebro PAS resalta a la parte consciente los que son más finos: te resulta fácil deducir cosas de las personas o de los lugares solo con echarles un vistazo, sabes cómo se sienten o si les ha pasado algo sin que te lo cuenten, etc.   

Esto se hace muy evidente si tocas habitualmente con otras personas. Da igual que sea música de cámara o de orquesta, la fusión que se produce en el escenario entre compañeros es clara y no deja lugar a dudas. Es un acto íntimo y casi como tener una conversación profunda con cada uno de ellos. Y claro aquí entra en juego el tema de las afinidades, porque cuando no encajas bien con alguien esta conversación puede ser algo… intensa. Y básicamente te toca hacer de tripas corazón. Pero los grandes músicos saben dejar sus diferencias personales aparte y ponen la música por delante. ¿Verdad?

Puedes hacer matices más sutiles

¿Qué pasa si, como músico, aplicas esta capacidad de percibir detalles a tu propio instrumento?  Pues que vas a poder encontrar las mejores cualidades para tu sonido: más dulce, más piano y concentrado, más armónicos… de hecho esta capacidad de distinguir matices es la que hace destacar a grandes los grandes músicos. Porque esa pequeña obsesión por los detalles más finos del sonido es la que les ha llevado a diferenciarse tanto de los demás. A mí siempre me gusta mucho jugar a adivinar qué instrumentista está sonando sólo con escuchar un par de segundos. Me lo paso pipa, sobre todo si hay gente cerca con la que competir, pero sobre todo es una forma de entrenar el oído sutil.

Un gran oído te dará más trabajo que una gran técnica.

Puedes expresar sentimientos más profundos

Vivir en una montaña rusa emocional es el día a día para mucha gente altamente sensible. Esto quiere decir que les afectan mucho más las interacciones con los demás. Se enfadan más, se alegran más, se enamoran más… Este más incluye más intensidad y más frecuencia.

Hace poco escuchaba el programa  Música y significado de Luis Ángel de Benito y hablaba de la exuberancia emocional del famoso Concierto para piano número 3. Ya sabéis que es una de las obras más complicadas de tocar para los pianistas, no solo por su dificultad técnica sino también expresiva. 

Pero si tu vida interior es tan intensa como la de Schubert o Rachmaninov seguro que podrás conectar con sus ideas musicales con naturalidad.

Por supuesto que no todo son ventajas, también hay inconvenientes en ser un músico PAS, por eso no hay nada como conocerse a fondo. Eso te lo cuento más adelante en otro post 😉.

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