¿Eres de los que dejan las escalas o pasajes difíciles «para luego»? Si es tu caso sigue leyendo, porque tengo varias estrategias que te ayudarán a vencer al peor enemigo de cualquier músico: la procrastinación
¿Qué es exactamente procrastinar?
Seguramente más de una vez has sentido la urgencia de posponer tareas incómodas, difíciles o aburridas y más en estos días en los que tenemos tantas noticias que leer, excusas para visitar furtivamente la cocina o esas videollamadas interminables con amigos. Y claro, si esto se convierte en un hábito (como ya me han confesado tantos músicos estos días), ya conoces el estrés y la sensación de derrota que conlleva procrastinar constantemente.
Etimológicamente, “procrastinación” deriva del verbo en latín procrastināre, que podríamos traducir como postergar hasta mañana. Sin embargo, si atendemos a su etimología del griego antiguo akrasia, tendríamos hacer algo en contra de nuestro mejor juicio.
Y esto, como dijo Piers Steel, profesor de Psicología Motivacional de la en la Universidad de Calgary, “Es hacerse daño a uno mismo”. Porque normalmente la procrastinación se convierte en un hábito, una forma de vida que nos lleva a un bucle muy tóxico de culpa y estrés.
Las tres fases de la procrastinación:
Normalmente pasamos por varias etapas hasta crear este perfil de comportamiento. Al principio cuesta reconocerlas porque se presenta como algo sutil. Debes prestar atención si en tu día a día detectas cosas como…
- Percibir ansiedad o incomodidad a la hora de ponerte con tu instrumento o en determinados pasajes.
- Elegir otras tareas o pasajes más sencillas en las que te vuelves muy productivo pero no son prioridad en estos momentos.
- Aparecen excusas reconfortantes (pero falsas) que justifican esta huída: mañana encargo, hoy no era mi día, era muy importante escuchar esta versión…
Y sobre todo, si al volver a recordar esa tarea o actividad pendiente que procrastinaste en un inicio, vuelves al remordimiento y culpabilidad del principio.
“Las personas se enganchan en este círculo irracional de procrastinación crónica debido a una incapacidad para manejar estados de ánimo negativos en torno a una tarea”.
Por eso, no debes escudarte en que sufres un defecto del carácter o una maldición misteriosa que te impide gestionar el tiempo, sino una manera de enfrentar las emociones más desafiantes para ti.
¿Cómo puedes dejar de procrastinar?
La técnica de congelación es uno de los mejores entrenamientos que puedes realizar. Se trata simplemente de, cada vez que sientas el impulso de procrastinar (cambiar de pasaje, ver la tele, contestar whatsaps…) NO HAGAS NADA. Es decir, quédate quieto y no realices ninguna actividad. Tu mente puede divagar si quieres pero tus acciones deben parar por completo.
Al principio sentirás que estás perdiendo el tiempo pero realmente estás construyendo un gran “rompeolas” que detendrá tu próximo ciclo de procrastinación. De esta forma haces que la única tarea posible sea aquella que te habías propuesto, y poniendo fin al ciclo.
Otra estrategia es dividir en tareas más pequeñas. El famoso divide y vencerás, pero aplicado a tu motivación y productividad. ¿Puedes gratificarte de alguna manera cuando hayas completado una tarea? Yo tengo un pequeño secreto y es hacer un buen tick con mi boli azul. ¡Me da las endorfinas suficientes para continuar con la siguiente tarea!
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