La paradoja del observador
Audición, examen, prueba orquestal… da igual como lo llamemos pero siempre que cambiamos al público por un jurado terminamos con el sistema nervioso más colapsado que la Puerta del Sol en nochevieja.
Hace unos días hablaba con un gran tenor sobre este tema y me contaba sus experiencias entorno a las audiciones. Curiosamente, y a pesar de haber cantado en teatros de todo el mundo e incluso de haber ganado uno de los concursos más importantes del mundo lírico (Operalia), me confesaba que odia las audiciones.
Por una razón muy sencilla y es que esa sensación milimétrica de ser juzgado sin un público con el que interactuar es algo totalmente antimusical. ¿Cómo fluir en la interpretación en un entorno tan frío y distante? Porque en muchas audiciones nos sentimos solos ante el peligro y la presencia de algunos compañeros (que en realidad vemos como rivales, aunque sean de otra cuerda) resulta muchas veces incómoda.
¿Cómo jugar con los impedimentos a tu favor?
Curiosamente también me contaba que eso no pasa tanto en concursos. El calor del público, la adrenalina del proceso eliminatorio y la posibilidad de ganar un gran premio compensan la mirada crítica del jurado. Por eso es importante tener todo esto en cuenta a la hora de preparar una audición. El cerebro es una máquina que nos engaña muy fácilmente, pero con un poco de maña es posible engañarlo a él también.
Tan solo hacen falta dos ingredientes: aprender a generar mentalidad de éxito y usar tu imaginación de manera estratégica. Y no se trata de ponerse Mr Wonderful y no parar de repetirse mentalmente «venga tú puedes, te lo mereces…» porque está demostrado que las frases positivas en momentos de estrés generan más ansiedad. Se trata de construir espacio físico y mental amplio para que puedas hacer música sin agobios, y de esa forma estar ligeramente por delante de lo que vas a tocar o cantar y no sufrir atropellos. Y para eso el dominio de tu cuerpo y de tu respiración también es fundamental, para que puedas tener sensación de control sin caer en una estresante rigidez.
Todo eso y mucho más es lo que trabajaremos los próximos 12 y 13 de Diciembre en las Masterclass de canto de Raquel Lojendio. Técnica vocal + coaching, una combinación muy potente para dar un gran salto interpretativo.
