El único lenguaje que no miente
Seguro que habrás oído alguna vez que el 93% de la información que comunicamos llega a los demás a través de nuestro lenguaje no verbal, es decir: la postura corporal, la entonación, la gestualidad… Este dato proviene de un estudio que realizó el psicólogo Mehrabian en los años 80, y que estaba centrado en personas que hablaban de sus sentimientos. Pero, ¿ocurre lo mismo cuando cantamos un aria de Bach?
Lo cierto es que en la música, de lo que se “habla” precisamente es de sentimientos, y de la misma forma que cuidamos y trabajamos el sonido, no podemos dejar de lado los componentes extra musicales como la forma de caminar sobre el escenario, la forma de mirar al público, o la postura corporal.
El 93% de la información que comunicas llega a través del lenguaje no verbal. ¿Mito o realidad?
Fran Parrado Tweet
Y si bien es cierto que en la ópera resulta mucho más sencillo porque tienes las indicaciones del director de escena, cuando te encuentras otras situaciones como una versión concierto, oratorio, o incluso en una audición, manejar el lenguaje corporal es otra historia. Especialmente en este último caso, se debe trabajar bastante ya que los nervios pueden jugarte una mala pasada en este nivel. Las personas encargadas de realizar audiciones normalmente ven un poco más allá de lo evidente, y pueden llegar a intuir cuál será tu desempeño real en el escenario. Pero ¿alguna vez te has parado a pensar si le estás ayudando en este sentido a la persona que te escucha? La realidad es que estamos llenos de tics que delatan todo lo que sentimos y pensamos. Por ejemplo:
- Poner cara de sufrimiento en pasajes difíciles o agudos puede hacer que parezcamos inseguros técnicamente, que no tengamos suficiente dominio como para ejecutar cualquier pasaje. Podemos hacer que piensen que no vamos sobraos.
- Caminar hacia el escenario con los hombros caídos o el pecho hundido. Esto puede reflejar timidez o falta de confianza.
- Esperar con los brazos en jarra. No importa si el pianista no encuentra la partitura o el director del teatro se ha retrasado… esperar en esta postura refleja desinterés y agresividad. No es lo más recomendable…
- Sonreír de manera artificial. Si después de algún comentario respondes con una sonrisa falsa (el lado izquierdo de la boca se eleva más que el derecho), o con una sonrisa tensa (con los labios apretados) estarás transmitiendo distancia e incluso rechazo hacia tus interlocutores. Y de esa forma rompes la empatía con ellos, algo fundamental para despertar interés y que te escuchen con profundidad.
- Frotarse las manos o golpear los dedos. Esto denota impaciencia y ansiedad. Todos sabemos que una audición puede ser algo tenso, pero esos gestos incluso perjudicarán tu estado mental, te harán sentir más ansioso/a todavía.
Como ves, algunos de estos tics no solamente van a enturbiar tu presencia escénica, sino que también contribuyen a generar un estado mental más agitado, y eso finalmente hará bajar tu rendimiento. Por eso siempre trabajo física y emocionalmente con los artistas a la hora de prepararles para una audición, para que tengan las mayores oportunidades y que su trabajo les resulte algo más fácil.
Tienes la oportunidad de trabajar tu presencia escénica en mi próximo taller Cómo preparar una audición con éxito, dentro de las Masterclass de canto de Raquel Lojendio. Apenas quedan plazas así que te dejo el enlace para que reserves tu plaza si quieres participar.
Está claro que lo más importante es que puedas hacer música: sonidos bellos, libres y que comuniquen pero ¡Ayúdate de tu cuerpo!